Historia

Los cambios que ha sufrido la Ciudad de México, en los asuntos económicos, políticos y sociales para lograr su incorporación a la nueva era de la globalización ha desarrollado la necesidad de planificar y crear una ciudad global, transformándola en una metrópoli, es decir que cuente con escenarios que conecte entre sí a muchas ciudades, y en el interior de estos con el objetivo de incorporar la economía mexicana con las economías globalizadas, a partir de la apertura comercial y la trasformación del Estado, concentrando las actividades terciarias (después de que se desindustrializara a la Ciudad de México) y la población.

Se generaron porciones de ciudades que por su potencial económico, productivo y situación geográfica, se inclinan a aislarse de un entorno y establecen rupturas y limites en la continuidad orgánica de la ciudad sustituyendo los usos preexistentes, por otros donde se garantice una mayor rentabilidad, cargándolo de nuevos contenidos físicos, sociales y simbólicos en beneficio del capital inmobiliario financiero y comercial. Por lo tanto la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) es hoy la articulación parcial para la circulación espacial del capital, información, mercancías y migrantes, es por ello que se ha generado una disputa por establecer una ciudad urbanizada dentro del modelo económico neoliberal que asume México, generando segregación social (desempleo, pobreza, etc.) (Cantú, 2004:12-17).

De tal modo que la ciudad dividida, segregada social y funcionalmente por los proyectos urbanos surgidos de la globalización y de la división internacional de trabajo, responde así a una ideología y  una estrategia de clases que sostienen esta convicción y tienden a ser expresados en la ciudad a través de sus fragmentos y de sus barrios. Se da en México esta situación a partir de que la ciudad seguía acelerando su crecimiento, a consecuencia del desplazamiento de los inmigrantes de la zonas rurales hacia la capital para buscar mejores condiciones de vida, lo que llevo a la Ciudad de México ha transformarse de ser compacta y centralizada alrededor del Zócalo, por lo que los grupos de ingresos altos buscaron nuevos espacios en la periferia que aunque cada vez más alejada, les permitía obtener un estilo de vida semejante a los norteamericanos y a la par surgieron nuevos desarrollos suburbanos de manera discontinua. Los pobres que vivían en vecindades sobrepobladas del Centro fueron buscando mejores condiciones de alojamiento en las zonas periféricas, ya que las áreas existentes se encontraban saturadas.





Iniciando un nuevo desarrollo urbano con el desplazamiento y la desconcentración de las delegaciones que  cuentan con actividades centrales como: Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo, Venustiano Carranza y Benito Juárez, provocando con esto el comienzo de habitar las delegaciones que se consideran como suelo de conservación orientando el crecimiento cada vez más a hacia el sureste y suroeste,  considerando que las regiones urbana empiezan a funcionar como plataformas territoriales desde los cuales grupos concentrados o redes de empresas  compiten y tienen un rol en los mercados globales, la concentración urbana aumenta el rendimiento del sistema productivo a través de la concentración promoviendo un punto de enlace en los mercados, generando así las grandes regiones urbanas que constituyen el espacio preferencial de la nueva economía global (Garza, 2003).

Por lo que la Ciudad de México empieza con la necesidad de desarrollar vialidades, ya que es una condición de gran importancia para cualquier ciudad; la potencia y la velocidad depende de la fuerza de los vínculos entre las diferentes actividades de una ciudad y se reduce por la dispersión de la infraestructura y la fragmentación del espacio urbano, es a partir de 1962 que se elabora el anillo Periférico que iba de San Jerónimo hasta el camino a Querétaro-Toreo, así mismo en el Centro de la Ciudad de México, se construyo y ampliaron el tramo de Calzada de Tlalpan al Zócalo hacia Viaducto con el proyecto de llegar a Churubusco. También el crecimiento y la capacidad de consumo de la sociedad, exigieron y  hicieron rentable la aparición de áreas de servicios y comerciales distintas a la de la ciudad central vino entonces la aparición de los grandes centros comerciales que generaron áreas terciarias.




Al inicio de la de cada de los 70 la población crecía a ritmos acelerados, la economía se sostenía por el crecimiento de la población, provocando la necesidad de construir una ciudad con el objetivo de satisfacer a las nuevas condiciones de vida, a partir de la concentración de las actividades comerciales se generaron puntos importantes para el desarrollo de este tipo de actividades. Por ejemplo la construcción del centro comercial en Satélite. 

Entonces se comienza con la construcción de la organización urbana de los diversos organismos de vivienda como INDECO, INFONAVIT, Y FOVISSSTE, generando con ello la construcción de diversas áreas que contaban con la construcción de unidades habitacionales, provocando a su vez segregación socio-espacial debido a que estas unidades fueron diseñadas para la población con ingresos medios, por lo tanto se empezó con el asentamiento de ocupación irregular, donde no contaban con ningún servicio, en predios ejidales, comunales y privados para autoconstruir sus viviendas creando así las colonias populares; debido a los programas de la contención económica, el salario minino era de subsistencia y no alcanzaba para adquirir una vivienda o ser sujeto de crédito para acceder a suelo urbanizado, las regiones pobladas en zona de conservación continuaban evolucionando rápidamente. Como en las nuevas colonias que se empezaron a establecer en la delegación Magdalena Contreras, entre las que están: El Rosal, El Toro, Las Cruces, Las Palmas, Barros Sierra, Los Padres, El Tanque, Cuauhtémoc, Lomas Quebradas y La Malinche[1]. Esta ultima donde actualmente se está llevando a cabo una reordenamiento urbano para la construcción de una autopista de peaje que se conoce como Supervía que conectara Santa Fe con el resto de la ciudad, considerando que se presenta como una propuesta de renovación urbana, donde se incorporan las nuevas estrategias de diseño y planeación en la ciudad de tal modo que a lo largo de dicho proyecto de corredor urbano se realizan  un serie de intervenciones de significativa importancia para la ciudad a grado que podemos decir que impacta en el conjunto de barrios, colinas y zonas por donde pasa, mismas que han estado sujetas a continuos cambios de uso, especulación y renta del suelo urbanos; y cuyos referentes de identidad física, social y cultural tienden a desaparecer al ser destruidos o reubicados, todo en el marco del proceso de globalización. Como sucedió en Santa Fe, que se ha ido trasformando a las necesidades del capital, con la instalación de centros comerciales, oficinas corporativas, campos de golf, rascacielos, etc., donde en un principio se alojo la basura de casi toda la ciudad durante cuatro décadas.   

A partir de 1982 se promovió en México un nuevo modelo económico, repercutiendo en la falta de poder por parte del Estado hacia los asuntos de la política social, provocando que la actividad inmobiliaria se dedicara a la construcción de residencias o departamentos orientados principalmente para la población de altos recursos localizados al poniente y suroeste y sur de la metrópoli. Promoviendo de esta manera una ciudad de servicios, para lo cual se requiere suelo, es decir la necesidad de contar con espacios para el crecimiento de la economía nacional, demandaba su articulación sobre la base de una transformación especial propiciada por procesos de renovación urbana, una fuerte presencia del sector privado en el ámbito urbano y la puesta en marcha de grandes proyectos metropolitanos, para lograr hacerla más competitiva en finanzas públicas sanas, nuevas inversiones e industria no contaminantes y el fomento a la inversión en el sector servicios, con la implantación de una serie de proyectos urbanos de renovación, con el fin de recuperar distintos sitios de la ciudad, tales como el proyecto de rescate ecológico de Xochimilco, el proyecto del Centro Nacional para la Cultura y las Artes, el programa de recuperación del Centro Histórico, el proyecto Alameda, la creación de Zonas Especiales de Desarrollo Controlado y la constitución de nuevas Zonas de Desarrollo, para absorber la presión inmobiliaria a través de una estrategia de segregación de carácter voluntario y programado, en las que se destaca el programa maestro del mejoramiento de la ZEDEC o programa de Desarrollo Urbano de Santa Fe, conjunto de proyectos urbano arquitectónicos, los cuales terminan por configurar el corredor urbano Centro Histórico-Reforma-Santa Fe, zona que se ha convertido en un autentico megaproyecto que funciona como un polo de desarrollo de escala metropolitana.






Los años ochenta en México se conoce como la “década perdida” pues en 1982 estalló una profunda recesión económica que se extendió hasta 1988, afectando a los sectores de la construcción y el comercio, presentaron índices negativos; para 1995 se presentó el crack provocando que el PIB cayera hasta un -6.2%; para 1994 y 1998 ocurrió una recuperación mediada y el PIB creció en 2.5 por ciento. Se caracteriza también por el derrumbe del modelo de sustitución de importaciones y la capacidad de los equipos gobernantes de elaborar alternativas contra participación desigual de la nueva economía neoliberal. Lanzando al país en hacia un abismo, con la nueva globalización de las grandes empresas transnacionales, elaborando una cuidad de servicios con la incorporación de estas empresas, como son las tiendas WalMart y las franquicias de McDonald’s. Considerando que en 1960 el sector primario representaba 12.6, el secundario 22.4 y el terciario 65.0 por ciento del PIB total nacional, se observa que los servicios y el comercio son las actividades económicas principales, esto se debe al crecimiento del sector terciario, cuando aumenta a 55.2 por ciento su participación en la fuerza de trabajo total de México, mientras el secundario con 26.7  por ciento que supera al sector primario que tiene el  18.1 por ciento (Garza, 2003).

A partir de 1989 en México se adopta el modelo neoliberal provocando el crecimiento de la  dependencia de la economía con relación a los Estados Unidos por lo que empezando la década de los años noventa comienza con un acelerado crecimiento, durante el periodo presidencial de Carlos Salinas de Gortari, se implementaron estas políticas empezando con la privatización del sistema bancario, la venta masiva de empresas estatales, culmina con la negociación,  firma y puesta en marcha el TLCAN, con Estados Unidos y Canadá (Garza, 2003:80). En este periodo la economía no crea bases endógenas de acumulación y crecimiento, por lo estuvo sujeta a los flujos del capital extranjero de cartera. El déficit en cuenta corriente y su financiamiento especulativo de corto plazo fueron el preámbulo de la devaluación de diciembre en 1994 y de la crisis financiera subsecuente de esta, producida por lo que se conoce como el “error de diciembre”, esto fue producto de fallas del mercado y yerros del gobierno: las fallas del mercado se debieron a una especulación financiera optimista y mal informada sobre las perspectivas de la economía nacional; los yerros del gobierno consistieron  en aplicar una política de sobrevaluación del tipo de cambio que abarató las importaciones y encareció las exportaciones (Sobrino, 2003:238).

Es por ello que se planeo un estrategia para salir de la crisis que pasaba México en 1994, esto se vio reflejado en el plan nacional de desarrollo que se implementó de 1995 al 2000, este plan dibujo una estrategia de crecimiento que evidenciaba la permanencia del modelo neoliberal, pero realizando ciertos cambios al aportado por la administración salinista. El plan ofreció 5 líneas de estrategias:

1.    Hacer del ahorro interno la base fundamental del financiamiento del desarrollo;
2.    Establecer condiciones para la estabilidad y la certidumbre;
3.    Promover el uso eficiente de los recursos productivos;
4.    Desplegar una política ambiental sustentable, y
5.    Aplicar políticas sectoriales pertinentes.

Posteriormente se reestructuraron estos planes de desarrollo nacional durante el periodo de Ernesto Zedillo (1994-2000), uno de estos planes fue el programa de 100 ciudades. El cual consistía en la planeación y administración del uso del suelo e infraestructura urbana, este esfuerzo se orientó siguiendo el postulado teórico de las ventajas locales para adecuar la oferta y la demanda de los servicios, pero respecto a la planificación ocurrió que una década después de otorgarse esta facultad a los municipios, ni aun los de nivel metropolitano habían logrado realizar su plan correspondiente. En el periodo de 1995-1996, Zedillo contribuyo a la actualización de 24 planes de desarrollo urbano, 16 de centros históricos y 465 obras de infraestructura, con un presupuesto de 1992 millones de pesos.

Desarrollando de esta manera la nueva metrópoli de la ciudad de México, en el 2000 se propuso  la nueva zona metropolitana, la cual está  integrada por un anillo central y cuatro contornos:

·        Cuidad central: delegaciones Benito Juárez, Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo y Venustiano Carranza
·       Primer contorno: delegaciones: Álvaro Obregón, Azcapotzalco, Coyoacán, Cuajimalpa, Gustavo A. Madero, Iztacalco, e Iztapalapa y municipios mexiquenses de Tlalnepantla, Naucalpan, Huixquilucan, y Nezahualcóyotl.
·       Segundo contorno: delegaciones Magdalena Contreras, Tláhuac, Tlalpan, y Xochimilco y municipio de Atenco, Atizapán de Zaragoza, Coacalco, Cuautitlán Izcalli, Chimalhuacán, Ecatepec, Jilotzingo, La Paz y Tultitlán.
·  Tercer entorno: delegación Milpa Alta, municipios de Acolman, Chalco, Chiautla, Chicoloapan Chiconcuac, Isidro Fabela, Ixtapaluca, Jaltenco, Melchor Ocampo, Nicolás Romero, Nextlalpan, Tecamac, Teoloyucan, Tepotzotlan, Texcoco, Tezoyuca, Tultepec y valle de Chalco solidaridad.
·   Cuarto contorno: municipios de Cocotitlan, Coyotepec, Huehuetoca, Papalotla, SanMartin de las Pirámides, Temamatla, Teotihuacan, Tizayuca y Zumpango (Sobrino, 2003:206-207).




Con los objetivos de lograr conectar los cuatro contornos con el centro, se necesitaron desarrollar proyectos de grandes magnitudes como, el proyecto corredor urbano Centro-Histórico-Reforma-Santa Fe, que une al Centro Histórico a partir de la avenida Juárez, que se articula con el Paseo de la Reforma y continua por la avenida del mismo nombre hasta la zona de desarrollo urbano Santa Fe, y lo que se está llevando a cabo con la construcción de la obra llamada “Supervía” que pretende conectar una parte importante del primer contorno, Santa Fe que se ubica en la delegación de Álvaro Obregón con la ciudad central.



[1] http://www.mcontreras.df.gob.mx/historia/constitucion2.html


Cantú, R., (2004). El centro histórico en la ciudad de México ante la globalización. En Diseño y Sociedad, no. 16, [p.12-17].

Lee, J., (2009). Repensar y proyectar la Cuidad desde sus barrios. El caso del centro histórico-Reforma-Santa Fe, México. En Territorios Metropolitanos. México: UAM, vol. 2 no. 2, [p.86-98].

Sobrino, J., (2003). Competitividad de las ciudades en México, México, Colegio de México.

Garza, G., (2003). La urbanización de México en el siglo XX, México, Colegio de México.